Salita

Salita

Ser libre
Por Serafín Alarcón

Hablaba con un confinado de apenas unos 17 años y me decía cuan arrepentido estaba de su pasado. Tenia solo 17 años y ya hablaba como alguien que hubiese vivido muchos años, tantos que al mirar atrás, una estela de recuerdos amargos en escena se montaba. Y es que hay gente que en muy corto tiempo ha vivido demasiadas experiencias duras e intensas. Tan dramáticas que cuando sube el telón de los recuerdos hasta a Shakespeare dejarían sin aliento. Libertad, esa es la palabra que salto en medio de toda mi meditación. Libertad, ¿pero de qué?. Libertad del pasado, de los malos recuerdos, de lo que no tiene forma de ser alterado porque ya paso y no hay mas remedio... Libertad para entonces construir un nuevo futuro, un puerto mas seguro.- Me dije.

Cuantas veces igual a aquel joven el recuerdo personifica el papel de fiscal acusándonos. Pensamientos que marchitan nuestro presente. Y digo, sé que el pasado en sí mismo es inofensivo. Sé, y reconozco que el control de nuestros pensamientos lo tenemos nosotros, pero de nuevo, tenemos primero que ser libres. Si, libres del pasado bueno o malo dándole espacio al corazón hasta para que se equivoque... Que el alma y el espíritu nos guíen por la vida sujetados de la mano del Creador en busca de un solo objetivo y un solo norte: Libertad. Dios me ha dado eso amados, pura y clara agua de manantial. Libertad de lo antes, del ahora y de lo por venir. Solo Cristo ha sido el autor de tantas alegrías y de tantas lecciones aprendidas a través del tiempo. Con él he caminado por lugares con poca luz, con frió y con temor. De su pecho me he abrazado igual que un niño cuando he vivido el desastre que con mis manos he creado para mi y otros. No todo ha sido como yo desee y no todo será como espero, pero algo sé, de algo estoy seguro; de su LIBERTAD.

Así que, si el hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.
Jn8.36

Serafín-Tablitas del Señor
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