Contemplación

Contemplación

Absorto en mis pensamientos frente a la grandeza del mar, no escuchaba lo que decían...solo oía sus palabras como un rumor....de pronto distinguí claramente “el mar o la mar”, eso me hizo poner atención a los dos jóvenes que estaban cerca de mi y como yo, sentados en un escalón de arena que las grandes olas de la última pleamar habían formado.
-¿De que color es la mar?, decía el chico
-Es azul...bueno y verde...es azul y verde “rebujao”..., como los ojos de mi gatita, le contestaba la bonita chica adolescente que lo acompañaba.
En su falda ella tenía conchas de moluscos, caracolas...tomó en sus manos unas cuantas y se las acercó a la cara a él...toma, huele, vienen del mar y huelen a mar.
El chico olió lo que ella le ofrecía...inspiró y su cara se transfiguró, esbozó una leve sonrisa.
-¿Ese ruido lo hace el mar?....´si, contestó ella...son las olas al romper sobre la arena...las olas son como remolinos, montones de agua que dan tumbos y que rugen al chocar con la arena y cambian de color....se transforman en espuma blanca y muy suave.
Vi como al chico se le humedecían las comisuras de los labios y de sus ojos caían dos lágrimas.....entonces reparé que sus ojos no miraban a ningún lugar en concreto y que en su mano derecha llevaba un bastón blanco.
¡¡¡¡Quien no se conmueve ante tanta grandeza!!!!