.-Cortejo a la antigua.
.- “Le he de confesar que el tiempo de mis ojeras
es proporcional a imaginarme la causa de su sonrisa,
pero no le he venido hablar de dudas ni desvelos,
le vengo a proponer la tarde y los helados,
la banca del parque,
si usted gusta de tomar mi mano
le prometo no atar su alma
y cuando guste dejarla volar sin retraso,
quédese todo lo que quiera
y quiérame todo lo que pueda...”.
Cortejo a la antigua.
In aeternum.
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