...eché el ancla...
Eché el ancla entre la ternura
y tu sensualidad,
quedé encadenado a los pliegues de tu falda,
pegado a tus tacones
y a esa tu manera cadenciosa al caminar,
quedé dormido entre tu pelo,
viviendo en tu mirada,
a tu boca amarrado,
a tu piel tatuado
y ahora nadie me puede despegar,
hazte a la idea,
amor,
que soy tu propia sombra
esa de la que nadie
te puede separar.
Pablo Martín.
Mejor con F11.
Ana Vera 29/04/2014 17:08
Todo dulzura....