El Tren atrapado en el tiempo
En los raíles de la memoria, el tren se desliza,
susurra secretos al viento, fugaces y eternos.
La cámara, testigo silente, atrapa el instante,
convierte el metal en luz, la prisa en calma.
La luz danza en el sensor, trenzando historias,
mientras el mundo fluye y se desvanece.
La imagen persiste, es el recuerdo de un tiempo ido,
y en la pantalla, el alma del tren, se revela.
Así, en la quietud de la fotografía,
el tren sigue su camino, eterno y efímero.
¿Qué viajes ocultan esos vagones?
¿Qué paisajes se habrán visto a través de sus ventanas?
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