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Leyendas para una flor

Leyendas para una flor

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Lola Martínez Sobreviela

Lola Martínez Sobreviela


Premium (Pro), Valdorba - Navarra

Leyendas para una flor

Culturas distantes, que en épocas remotas no mantuvieron contacto alguno, coinciden sin embargo en mitos afines, como sucede con los relatos de la griega Clitia y Carandaí la azteca.
Cuenta una leyenda griega que Clitia, ninfa amada por Helios, fue abandonada sin embargo cuando el dios se enamoró de Leucótoe. Celosa de su rival, Clitia hizo saber los amores de la muchacha al padre de ésta, quien la encerró en una cueva para privarla del dios solar hasta su muerte. Desde entonces Helios odió a Clitia y rechazó su amor una y otra vez, pero la infeliz ninfa no cesó de perseguir a su antiguo amante, convirtiéndose en heliotropo, la flor que busca siempre el sol.

Al otro lado del mundo, un mito guaraní cuenta que antaño existieron dos pueblos hermanados junto al río Paraná. Sus caciques, Pirayú y Mandió, cooperaban y comerciaban. Con el tiempo Mandió pensó que ambos debían unirse y formar un solo pueblo, para lo que pretendía unirse a la hija de Pirayú, pero Carandaí estaba prometida al dios Sol y sólo para él vivía, contemplando su luz constantemente hasta el punto de llegar a enfermar los días nublados. Al intentar Mandió forzarla, ella rogó a su dios protección y Kuarahí, el sol, la abrazó en un intenso rayo de luz y calor transformándola en una hermosa flor de brillantes pétalos formando una corona de oro, que sigue al sol durante el día y declina su rostro por las noches.

Los girasoles han sido símbolos de adoración, lealtad y longevidad en muchas culturas a lo largo del tiempo.
En la tradición folklórica rusa se asocian con la alegría y la felicidad, creyendo que el girasol puede traer prosperidad y buenos augurios a una casa. Durante las festividades de Ivan Kupala, las chicas jóvenes solían bailar en círculos alrededor de los campos de girasoles, buscando augurios sobre sus futuros amores.
En la cultura nativa americana, los girasoles eran símbolos de sabiduría y de cosecha abundante. Se utilizaban las semillas de girasol en la dieta y en ceremonias espirituales.

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